Tenía 25 años de edad. Estaba en mi plena juventud. Me sucedió una cosa curiosa: había salido de la discoteca. Me encontraba solo esa noche y tuve la premonición que un coche me iva parar y que recibiría una oportunidad. Así sucedió. El conductor me habló de una oportunidad de negocio. Me pregunto si estaba interesado. Le dije que sí. El chico me comentó a ver si en breve podíamos quedar en su casa para explicarme la idea de negocio. Me expuso la idea; le comenté que quería formar parte de lo que allí había porque partía sobre la base de la premonición. Se trataba de una multinacional de Estados Unidos denominada Amway.
Por otra parte, estuve trabajando unas semanas en este ferry inglés como ayudante de cocina. Esta mole cubría el trayecto Bilbao-Porsmouth. Y digo que cubría porque ya no lo hace debido a la falta de rentabilidad del servicio.
Para entrar allí hacía falta tener cierto nivel de inglés.
Antes de trabajar, la compañía nos sometió a una serie de pruebas que hacían a modo de entrenamiento.Las pruebas duraron una semana aproximadamente y tuvieron lugar en las afueras de Londres aunque cerca de la capital inglesa.
Trabajé bien en la cocina pero no fuí elegido para hacerlo durante más tiempo. No obstante, la experiencia resultó bonita. Entré allí por la recomendación de una familiar de mi ex-suegra. La compañía P&O no me explicó el porqué no pude seguir allí.Según mi opinión, se debió a que había demasiados aspirantes para cubrir unos cuantos puestos de trabajar.
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